domingo, 26 de febrero de 2012

Renacimiento Carolingio: contexto histórico

El Papa recibe a Carlomagno. Miniatura del siglo XIII
Luego de la caída del Imperio Romano de Occidente en 476, Europa se sumergió en una etapa de revueltas en el que diferentes tribus o pueblos germánicos empezaron a luchar para conquistar nuevos territorios. Lombardos, burgundios, francos y godos, entre otros, se batían en diferentes partes de Europa con el fin de obtener el poder de la región e imponer su cultura. Es una época de anarquía, de guerra, de inconstancia. Pocos registros quedaron de este período, que se extenderá hasta la llegada de Carlomagno al poder en 771.

Carlomagno nació en 742, hijo del rey Franco Pipino el Breve, quien había fundado la dinastía carolingia al derrocar al rey merovingio Childerico III con apoyo del Papa en 751. Al pertenecer al pueblo franco, el poder debía repartirse entre todos los hijos varones del Rey ya que existía la patrimonialización del poder, pero la pronta muerte del hermano de Carlomagno, Carlomán, hizo que él heredara la totalidad del territorio.

Una vez en el poder, Carlomagno reconquisto un vasto territorio de Europa occidental (particularmente lo que hoy es Francia y Alemania, sumando el norte de Italia), siendo coronado Emperador en 800 por el mismísimo Papa en Roma. Así, Carlomagno se transforma en un caesar cristiano destinado a gobernar el Sacro Imperio Romano, completamente fundado por la Iglesia, quien buscaba restablecer el orden perdido. Sucede que, durante las revueltas, las tribus germánicas habían generado nuevas formas de cristianismo y de paganismo. Roma ya no contaba con el poder que había tenido otrora, y el vasto territorio que una vez estaba bajo su dominio se encontraba actualmente dividido tanto política como culturalmente. El mismo Papa no tenía seguridad. El nuevo imperio de Carlomagno tenía como objetivo rearmar el viejo Imperio perdido.

Como Emperador, Carlomagno ordenó una gran cantidad de reformas asesorado por una asamblea de clérigos eruditos, siendo Alcuin el más reconocido . Culturalmente, se vivió un Renacimiento. Su objetivo principal era extender y mejorar el aprendizaje del idioma latino. Este punto era esencial para lograr que en cada punto de su vasto territorio la gente se comprenda, y que cada vez que se enviaran ordenes, éstas se cumplieran adecuadamente sin malentendidos. Todo esto requería un gran despliegue educativo, que tuvo como feliz consecuencia que las bibliotecas del Imperio se llenaran de libros gracias a la reproducción de obras clásicas de la Antigüedad, sobretodo aquellos ligados al Cristianismo. Todos estaban escritos con la manuscrita carolina, una letra pequeña y redondeada de fácil comprensión, otro aporte a la cultura por parte de Carlomagno. También impulsó un cambio administrativo unificando el sistema monetario y formando la institución de los Missi Dominici, quienes viajaban por todo el Imperio en representación de Carlomagno cumpliendo tareas como por ejemplo el cobro de impuestos.

En conclusión, Carlomagno trabajó para reunir a todo el pueblo bajo el Cristianismo que profesaba la Iglesia, fomentando la unión religiosa; llevó adelante un resurgimiento cultural que elevó los estándares educativos, reformó la liturgia, reordenó la administración y reimpuso el Latín como lengua oficial entre los letrados. Estas reformas han dado lugar al denominado Renacimiento carolingio.

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